El Papa Benedicto XVI presidió la solemnidad de Corpus Christi en Roma.
La Santa Misa fue realizada en la Basílica de San Juan de Letrán.
El Santísimo Sacramento es llevado en procesión por las calles de la ciudad y los pueblos, para manifestar que Cristo resucitado camina en medio de nosotros y nos guía rumbo al Reino de los Cielos.
El Cristianismo puede y debe hacer que esta unidad no se construya sin Dios, esto es, sin el verdadero Amor, lo que daría espacio a la confusión, al individualismo, a la prepotencia de todos contra todos.
Con la humildad de sabernos simples granos de trigo, custodiamos la firme certeza que el amor de Dios encarnado en Cristo, es más fuerte que el mal, que la violencia y la muerte.